sábado, 28 de marzo de 2009

La Comunicación y sus Medios: Vitales para el desarrollo

En la nueva era de la globalización y el capitalismo, “la comunicación podría asumirse como conectada a alguna forma de desarrollo, esto no es así. Debe estar intencionalmente dirigida y sistemáticamente planificada a la consecución de cambios concretos, tanto en la sociedad como en las instituciones y los individuos, con vocación por el cambio, el bienestar, la calidad de vida, la organización, la esperanza, el servicio público y la democracia”. (Contreras,2002).

Por esta razón inicialmente fueron planteadas por Luís Ramiro Beltrán, tres conceptualizaciones principales en relación entre comunicación y desarrollo: “comunicación de desarrollo", "comunicación de apoyo al desarrollo" y "comunicación alternativa para el desarrollo democrático". (Beltrán, 1993).

La comunicación de desarrollo, en esencia, es la noción de que los medios masivos tienen la capacidad de crear una atmósfera pública favorable al cambio, la que se considera indispensable par la modernización de sociedades tradicionales por medio del progreso tecnológico y el crecimiento económico”. (Beltrán, 1993). Con este concepto fue posible la publicidad en diversos temas, uno de los más importantes fue la Revolución Verde.


"La comunicación de apoyo al desarrollo, es la noción de que la comunicación planificada y organizada – sea o no masiva – es un instrumento clave para el logro de las metas prácticas de instituciones y proyectos específicos de instituciones que propician el desarrollo”. (Beltrán, 1993). Los procesos más importantes con la adopción de este concepto se basaron en la capacitación de diversos temas como: educación, planificación familiar, drogadicción etc.


"La comunicación alternativa para el desarrollo democrático, es la noción de que, al expandir y equilibrar el acceso y la participación de la gente en el proceso de comunicación, tanto a niveles de medios masivos como a los interpersonales de base, el desarrollo debe asegurar, además de beneficios materiales, la justicia social, la libertad para todos y el gobierno de la mayoría." (Beltrán, 1993). Tal vez este concepto revolucionó muchos conceptos en los años ochenta, ya que se planteó un desarrollo participativo y colectivo, autónomo y autogestionado; en pocas palabras es un modelo de desarrollo como propuesta democrática.

En su ensayo Adalid Contreras propone el desarrollo está en deuda con la sociedad; la comunicación está en deuda con el desarrollo; y la teoría está en deuda con las experiencias; por lo que propone una cuarta conceptualización sobre la relación comunicación desarrollo:

Comunicación - Desarrollo o Comunicación con Desarrollo, la comunicación se enriquece con los estudios de recepción y consumo cultural, diseñando un paradigma que valora las mediaciones y resignificaciones en la apropiación y uso de los mensajes desde la complejidad de las culturas. Se reconceptualiza el desarrollo, para entenderse como una apuesta cultural de cambio enfocado desde los objetivos últimos del desarrollo mismo, vale decir, desde el cumplimiento de las aspiraciones de la gente (Ul Haq, 1995: 3). Y las concepciones sobre la comunicación abren su espacio de realización destrampándola de los límites de los medios para ubicarla en el espesor profundo de la cultura. Se hace comunicación-desarrollo desde un lugar situado, desde el lugar donde se enuncia la palabra, que es el lugar del sujeto, tomando distancia desde la revelación del "aura" que sugiere Benjamin, o desde la apropiación crítica desafiada por Freire”. (Contreras, 2002).

Cabe destacar que los modelos coexisten, aunque algunos en este país se han frenado debido al grave conflicto armado al que hoy nos enfrentamos. Además se han presentado algunas confusiones en la manera de utilizarse, ya que en su amplio contexto se puede hacer uso en muchos casos y escenarios diferentes de alguno de los modelos planteados.
Debido a que estas conceptualizaciones no equivalen a una definición única que abarque a todos los componentes, se hace necesaria la mezcla en muchos casos, pero parece obligatorio para facilitar el análisis en algunos puntos.



Comunicacion y Cultura


Pasando a otra contextualización Martín Barbero, propone la relación Comunicación Popular / Cultura, una noción muy idealista en un mundo en donde la globalización y el crecimiento económico conlleva exclusión y pobreza. Este modelo capitalista en donde persiste un crecimiento macroeconómico, pero a cambio de una mayor pobreza y deterioro social debido a la perversa forma de distribución social de la riqueza y en donde el concepto de desarrollo con cultura se encuentra relegado a un segundo plano. La mala distribución de las oportunidades y la riqueza son evidentes en la mayoría de los países tercer mundistas.
“Hoy en día la incidencia de la revolución tecnológica en el mundo contemporáneo ha llevado a designarlo como la sociedad de información, que Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, define con cuatro atributos: planetaria, permanente, inmediata e inmaterial (de Oliveira, 1996: 13-14)” (Contreras, 2002).

Este autor además plantea que la mundialización es un proceso que se hace y deshace incesantemente. Esto se evidencia día a día en el cambio de las prácticas y conductas cotidianas de los pueblos, expresada concretamente en la cultura de la modernidad-mundo, que es una nueva manera de estar en el mundo. Los niños cada vez más solos e independientes a cortas edades, debido a las largas jornadas laborales tanto de la madre como del padre es un claro ejemplo. Se acaba cada día con la “comida en familia” y se convierte con rapidez en las llamadas comida chatarras de procedencia norteamericana.

La perdida de identidad y de sentido de pertenencia por nuestras ciudades y por nuestro país a relegado la cultura a un segundo plano, el miedo constante de las personas por la inseguridad en las calles, conlleva a que lo poco que se conoce del entorno solo sea visto en la televisión convertida en un mediador cultural seguro, que en pocas ocasiones transmite programas de interés colectivo u educativos. Es más importante para un niño ver y conocer de las grandes promociones que tienen las diferentes multinacionales que enterarse de la diversidad étnica y cultural que lo rodea.
Cabe desatacar que el autor expresa que las telenovelas que se transmiten durante todo el día en los canales nacionales hacen visible de alguna manera la diversidad cultural de lo latino.
Los centros comerciales brindan también de alguna manera la seguridad que busca la sociedad, ejerciendo presión comercial, pero es un espacio al que todos acudimos debido a que “la calle expulso a la sociedad”.



Conclusión

Expongo que estoy de acuerdo con Jesús Martín-Barbero, en su planteamiento de que la comunicación debe ser un canal para un verdadero desarrollo y esto se puede lograr si las políticas de comunicación:


1. Superan la vieja concepción excluyente de lo nacional y asuman que su espacio real es más ancho y complejo: el de la diversidad de las culturas locales dentro de la nación y el de la construcción del espacio cultural latinoamericano.
2. No son pensadas sólo desde los ministerios de Comunicaciones, como meras políticas de tecnología o “de medios”, sino que hagan parte de las políticas culturales.
3. Sean trazadas tanto para el ámbito privado como público de los medios. En el privado, y en un tiempo en que la desregulación es la norma, la intervención del Estado en el mercado debe establecer unas mínimas reglas de juego que: exijan limpieza y compensación en las concesiones, preserven el pluralismo en la información y la cultura, ordenen una cuota mínima de producción nacional, fomenten la experimentación y la creatividad, en especial protegiendo la existencia de grupos de independientes de producción. En el público, se trata ante todo de alentar -sostener, subsidiar e incentivar- medios y experiencias de comunicación que amplíen la democracia, la participación ciudadana y la creación/apropiación cultural, y ello no sólo en el plano nacional sino también en el regional y local.
4. Tengan proyección sobre el mundo de la educación. Lo que tiene que ver menos con la presencia instrumental de medios en la escuela, o de la educación en los medios, que con la cuestión estratégica de cómo insertar la educación -desde la primaria a la universidad- en los complejos procesos de comunicación de la sociedad actual, en el ecosistema comunicativo que conforma la trama de tecnologías y lenguajes, sensibilidades y escrituras.


BIBLIOGRAFIA


  • BARBERO, Jesus Martín. Globalismo y Pluralismo. La globalización en clave cultural: una mirada latinoamericana. Montreal, 2002.

  • BELTRÁN, Luis Ramiro. S.Red de La Iniciativa de Comunicación. Comunicación para el Desarrollo en Latinoamérica, una evaluación sucinta al cabo de cuarenta años. Disponible: http://www.comminit.com/es/node/150404.

  • CONTRERAS, Baspineiro Adalid. Comunicación-Desarrollo para "otro Occidente" Número 18.

jueves, 12 de marzo de 2009

La Comunicación y sus Medios: Vitales para el Desarrollo

En la nueva era de la globalización y el capitalismo, “la comunicación podría asumirse como conectada a alguna forma de desarrollo, esto no es así. Debe estar intencionalmente dirigida y sistemáticamente planificada a la consecución de cambios concretos, tanto en la sociedad como en las instituciones y los individuos, con vocación por el cambio, el bienestar, la calidad de vida, la organización, la esperanza, el servicio público y la democracia”. (Contreras, 2002).

Por esta razón inicialmente fueron planteadas por Luís Ramiro Beltrán, tres conceptualizaciones principales en relación entre comunicación y desarrollo: “comunicación de desarrollo", "comunicación de apoyo al desarrollo" y "comunicación alternativa para el desarrollo democrático". (Beltrán, 1993).

“La comunicación de desarrollo es, en esencia, la noción de que los medios masivos tienen la capacidad de crear una atmósfera pública favorable al cambio, la que se considera indispensable par la modernización de sociedades tradicionales por medio del progreso tecnológico y el crecimiento económico”. (Beltrán, 1993).Con este concepto fueron posibles muchas publicidades en diversos temas, uno de los más importantes fue la Revolución Verde.

”La comunicación de apoyo al desarrollo es la noción de que la comunicación planificada y organizada – sea o no masiva – es un instrumento clave para el logro de las metas prácticas de instituciones y proyectos específicos de instituciones que propician el desarrollo”. (Beltrán, 1993). Los procesos más importantes con la adopción de este concepto se basaron en la capacitación de diversos temas como: educación, planificación familiar, drogadicción etc.

La comunicación alternativa para el desarrollo democrático es la noción de que, al expandir y equilibrar el acceso y la participación de la gente en el proceso de comunicación, tanto a niveles de medios masivos como a los interpersonales de base, el desarrollo debe asegurar, además de beneficios materiales, la justicia social, la libertad para todos y el gobierno de la mayoría. (Beltrán, 1993). Tal vez este concepto revolucionó muchos conceptos en los años ochenta, ya que se planteó un desarrollo participativo y colectivo, autónomo y autogestionado; en pocas palabras es un modelo de desarrollo como propuesta democrática.

En su ensayo Adalid Contreras propone el desarrollo está en deuda con la sociedad; la comunicación está en deuda con el desarrollo; y la teoría está en deuda con las experiencias; por lo que propone una cuarta conceptualización sobre la relación comunicación desarrollo:

“Comunicación - Desarrollo o Comunicación con Desarrollo, la comunicación se enriquece con los estudios de recepción y consumo cultural, diseñando un paradigma que valora las mediaciones y resignificaciones en la apropiación y uso de los mensajes desde la complejidad de las culturas. Se reconceptualiza el desarrollo, para entenderse como una apuesta cultural de cambio enfocado desde los objetivos últimos del desarrollo mismo, vale decir, desde el cumplimiento de las aspiraciones de la gente (Ul Haq, 1995: 3). Y las concepciones sobre la comunicación abren su espacio de realización destrampándola de los límites de los medios para ubicarla en el espesor profundo de la cultura. Se hace comunicación-desarrollo desde un lugar situado, desde el lugar donde se enuncia la palabra, que es el lugar del sujeto, tomando distancia desde la revelación del "aura" que sugiere Benjamin, o desde la apropiación crítica desafiada por Freire”. (Contreras, 2002).

Cabe destacar que los modelos coexisten, aunque algunos en este país se han frenado debido al grave conflicto armado al que hoy nos enfrentamos. Además se han presentado algunas confusiones en la manera de utilizarse, ya que en su amplio contexto se puede hacer uso en muchos casos y escenarios diferentes de alguno de los modelos planteados.
Debido a que estas conceptualizaciones no equivalen a una definición única que abarque a todos los componentes, se hace necesaria la mezcla en muchos casos, pero parece obligatorio para facilitar el análisis en algunos puntos.

Pasando a otra contextualización Martín Barbero, propone la relación Comunicación Popular / Cultura, una noción muy idealista en un mundo en donde la globalización y el crecimiento económico conlleva exclusión y pobreza. Este modelo capitalista en donde persiste un crecimiento macroeconómico, pero a cambio de una mayor pobreza y deterioro social debido a la perversa forma de distribución social de la riqueza y en donde el concepto de desarrollo con cultura se encuentra relegado a un segundo plano. La mala distribución de las oportunidades y la riqueza son evidentes en la mayoría de los países tercer mundistas.
“Hoy en día la incidencia de la revolución tecnológica en el mundo contemporáneo ha llevado a designarlo como la sociedad de información, que Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, define con cuatro atributos: planetaria, permanente, inmediata e inmaterial (de Oliveira, 1996: 13-14)” (Contreras, 2002).

Este autor además plantea que la mundialización es un proceso que se hace y deshace incesantemente. Esto se evidencia día a día en el cambio de las prácticas y conductas cotidianas de los pueblos, expresada concretamente en la cultura de la modernidad-mundo, que es una nueva manera de estar en el mundo. Los niños cada vez más solos e independientes a cortas edades, debido a las largas jornadas laborales tanto de la madre como del padre es un claro ejemplo. Se acaba cada día con la “comida en familia” y se convierte con rapidez en las llamadas comida chatarras de procedencia norteamericana.

La perdida de identidad y de sentido de pertenencia por nuestras ciudades y por nuestro país a relegado la cultura a un segundo plano, el miedo constante de las personas por la inseguridad en las calles, conlleva a que lo poco que se conoce del entorno solo sea visto en la televisión convertida en un mediador cultural seguro, que en pocas ocasiones transmite programas de interés colectivo u educativos. Es más importante para un niño ver y conocer de las grandes promociones que tienen las diferentes multinacionales que enterarse de la diversidad étnica y cultural que lo rodea.
Cabe desatacar que el autor expresa que las telenovelas que se transmiten durante todo el día en los canales nacionales hacen visible de alguna manera la diversidad cultural de lo latino.
Los centros comerciales brindan también de alguna manera la seguridad que busca la sociedad, ejerciendo presión comercial, pero es un espacio al que todos acudimos debido a que “la calle expulso a la sociedad”.

Como conclusión expongo que estoy de acuerdo con Jesús Martín-Barbero, en su planteamiento de que la comunicación debe ser un canal para un verdadero desarrollo y esto se puede lograr si las políticas de comunicación:
1. Superan la vieja concepción excluyente de lo nacional y asuman que su espacio real es más ancho y complejo: el de la diversidad de las culturas locales dentro de la nación y el de la construcción del espacio cultural latinoamericano.
2. No son pensadas sólo desde los ministerios de Comunicaciones, como meras políticas de tecnología o “de medios”, sino que hagan parte de las políticas culturales.
3. Sean trazadas tanto para el ámbito privado como público de los medios. En el privado, y en un tiempo en que la desregulación es la norma, la intervención del Estado en el mercado debe establecer unas mínimas reglas de juego que: exijan limpieza y compensación en las concesiones, preserven el pluralismo en la información y la cultura, ordenen una cuota mínima de producción nacional, fomenten la experimentación y la creatividad, en especial protegiendo la existencia de grupos de independientes de producción. En el público, se trata ante todo de alentar -sostener, subsidiar e incentivar- medios y experiencias de comunicación que amplíen la democracia, la participación ciudadana y la creación/apropiación cultural, y ello no sólo en el plano nacional sino también en el regional y local.
4. Tengan proyección sobre el mundo de la educación. Lo que tiene que ver menos con la presencia instrumental de medios en la escuela, o de la educación en los medios, que con la cuestión estratégica de cómo insertar la educación -desde la primaria a la universidad- en los complejos procesos de comunicación de la sociedad actual, en el ecosistema comunicativo que conforma la trama de tecnologías y lenguajes, sensibilidades y escrituras.

BIBLIOGRAFIA

BARBERO, Jesus Martín. Globalismo y Pluralismo. La globalización en clave cultural: una mirada latinoamericana. Montreal, 2002.

BELTRÁN, Luis Ramiro. S.Red de La Iniciativa de Comunicación. Comunicación para el Desarrollo en Latinoamérica, una evaluación sucinta al cabo de cuarenta años. Disponible: http://www.comminit.com/es/node/150404.

CONTRERAS, Baspineiro Adalid. Comunicación-Desarrollo para "otro Occidente" Número 18.

jueves, 5 de marzo de 2009